¿De cuál indio es la culpa?

Ricker Silva
Ricker Silva
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2 min readNov 3, 2016

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Acá en Colombia hay un dicho muy popular para referirnos a la incapacidad de las personas ante alguna actividad que casi siempre involucra el uso de alguna herramienta. El dicho tiene varias formas. Se puede preguntar irónicamente “¿será problema de flecha, o de indio?”, se puede sentenciar directamente “el problema es de indio”, o aludir a otras metáforas como que el problema es de la interfaz entre la silla y el teclado o que el problema está en la capa 8. En general todos aluden a la rampante incapacidad del indio.

Este dicho encierra gran parte de la idiosincrasia laboral (al menos de la colombiana que es la que experimento de primera mano). Se puede decir que en muchos casos, del empleado se espera o una absoluta obediencia o una absoluta iniciativa propia. Ambos extremos son producto de inseguridades e ignorancias de las más variadas naturalezas. En el medio queda el empleado que debe descifrar lo que espera su jefe inmediato o su equipo de trabajo.

La carga peyorativa de la palabra indio es coherente con la feroz competitividad del mundo laboral. Si no cumples con las expectativas y objetivos de la organización para la que trabajas, lo más natural es que se te deje ir. Pero ¿qué tal que el problema no sea del indio que lanza la flecha?

Es común pensar que si la persona contratada ha pasado las pruebas de selección (que no son un misterio para nadie), mostrado un perfil acorde a las necesidades del trabajo y sobresalido (pero no tanto) en las entrevistas (que tampoco son difíciles de dominar con la ayuda adecuada), debería ejecutar un trabajo sobresaliente.

En cambio, es poco común pensar que el trabajo tenga problemas de diseño. Es rarísimo que alguien siquiera piense que el trabajo también pueda ser diseñado, digamos, para en que cualquier persona lo pueda ejecutar de manera sobresaliente.

Dicho en términos del adagio del indio y la flecha. Casi nadie se pregunta si su flecha es suficientemente buena para cualquier indio. En parte, porque nosotros somos los indios a cargo del diseño de la flecha y como pagamos para qué otro indio la dispare, descargamos toda la responsabilidad del desempeño en el lanzador y no en la flecha, en nosotros.

La tiranía de la autosuperación impone al indio lanzador ver una oportunidad de mejora cada vez que un tiro sale mal. Pues esta entrada es una invitación para imponernos la misma oportunidad de mejora en el diseño de la flecha. Pensemos en nuestros empleados como usuarios de una herramienta que es el trabajo que estamos ofreciendo y pongamos suficiente empeño para que ese trabajo esté bien diseñado, sea fácil de entender, gratificante e interesante para las personas que lo van a desempeñar.

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